jueves, 22 de abril de 2010

Colesterol alto genético: Consejos dietéticos para su control

Colesterol alto genético: Consejos dietéticos para su control


La hipercolesterolemia familiar es una enfermedad hereditaria que aparece desde el nacimiento y es producida por mutaciones en el gen que codifica el receptor de las lipropoteínas LDL, encargado de eliminar el colesterol de la sangre. Esta mutación produce un aumento del colesterol total en sangre por encima de los niveles normales, principalmente del colesterol transportado por lipoproteínas de baja densidad (LDL), es decir, el denominado colesterol “malo”, mientras que los niveles de triglicéridos permanecen normales. El diagnóstico definitivo viene con las pruebas genéticas.


La mayoría de los pacientes con hipercolesterolemia familiar necesita un tratamiento farmacológico, porque necesitan reducciones de colesterol de al menos un 40-50 por ciento. Sin embargo, el tratamiento farmacológico tiene que ir acompañado de un cambio del estilo de vida: alimentación sana, reducir la ingesta de alcohol, dejar de fumar, evitar el exceso de peso y realizar ejercicio físico.


Respecto a la alimentación, la ingesta recomendada es de un 30-35 por ciento de grasa (principalmente en forma de aceite de oliva virgen), en la que la grasa saturada no puede superar el diez por ciento, la poliinsaturada el siete por ciento, y la grasa monoinsaturada entre el 15 y el 20 por ciento. Asimismo, no se debe tomar más de 300 miligramos de colesterol, los hidratos de carbono representarán entre un 50-55 por ciento de la energía y las proteínas un 15 por ciento. Es importante aumentar el consumo de fibra hasta unos 20-30 gramos, ya que contribuye a mejorar los niveles de colesterol en sangre y reducir la obesidad.


Para conseguir estos objetivos, tenemos que basar nuestra dieta en alimentos como las frutas y las verduras (cinco raciones al día), hortalizas, cereales integrales (pan, pasta, arroz), legumbres (tres raciones a la semana), pescado azul (tres raciones a la semana de atún, sardina, boquerón, salmón...), frutos secos (nueces, almendras) y aceite de oliva virgen. Estos alimentos nos aportan nutrientes que nos ayudan a reducir los niveles de colesterol total y/o aumentar el colesterol-HDL (colesterol “bueno”), como son los ácidos grasos monoinsaturados (aceite de oliva virgen), ácidos grasos omega-3 (pescado azul), esteroles y estanoles vegetales (en aceites vegetales o incorporados en productos lácteos) y antioxidantes (frutas y verduras).





Menos grasas malas

Por otro lado, tenemos que evitar aquellos alimentos que pueden elevar los niveles de colesterol total y colesterol “malo” en sangre, porque contienen abundante grasa saturada, grasa trans y colesterol, como son los lácteos enteros (sustituirlos por lácteos desnatados), mantequilla (sustituirla por aceite de oliva virgen), carnes grasas (sustituirlas por carnes magras, con poca grasa, como el conejo o el pollo sin piel), embutidos, fritos comerciales y la bollería industrial.


Respecto al consumo de huevos, pueden tomarse hasta cuatro completos (yema y clara) a la semana y las claras que sean necesarias. Por ejemplo, una tortilla se puede hacer con una yema y dos claras.


Otro factor dietético que tenemos que tener en cuenta es la sal. Un exceso puede aumentar la presión arterial, un factor de riesgo para la enfermedad cardiovascular. Para reducir el consumo de sal, se aconseja no añadirla a los alimentos, ni a los guisos ni a las ensaladas, así como evitar los alimentos más ricos en ella (los frutos secos salados, el bacón, el jamón, los embutidos, las sopas de sobre, la bollería comercial, los quesos curados, las salsas en sobre…).Para aumentar el sabor de los platos podemos sustituir la sal por especias o hierbas aromáticas, limón, vinagre...


También es importante elegir métodos de cocinado que aporten poca grasa como el horno, la plancha, la parrilla, el microondas, el asado, la cocción al vapor... y utilizar el aceite de oliva virgen como grasa de elección para el cocinado, ensaladas...


La alimentación cardiosaludable debe combinarse con una actividad física apropiada, de forma regular, que nos ayude a controlar el peso y de esta forma bajar el colesterol LDL. También puede ayudar a aumentar el colesterol HDL y mejorar el estado del corazón y de los pulmones.


Los culpables

El colesterol es necesario para la vida, pero un aumento de sus niveles está asociado a problemas cardiovasculares. Además de los genéticos, existen otros factores que pueden elevar el colesterol como, por ejemplo, las dietas inadecuadas (muy ricas en grasa de origen animal, grasa saturada, grasa trans y alcohol), las enfermedades hepáticas, endocrinas y renales, junto con la administración de ciertos fármacos.


Dato:

Más del 50% de los pacientes afectados de hipercolesterolemia familiar presenta una enfermedad cardiovascular.


Consejo:

Lee el etiquetado de los productos

A la hora de comprar productos alimenticios empaquetados, es importante fijarse en el etiquetado. Se deben buscar y comprar aquellos con un bajo contenido en grasa total, grasa saturada y colesterol. Los ingredientes figuran en orden descendente por cantidad en peso.

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