martes, 15 de junio de 2010

Cardiopatías congénitas

¿Se pueden diagnosticar antes del parto?

Las cardiopatías congénitas son aquellos problemas que aparecen en el corazón durante su fase de desarrollo, es decir durante los primeros años de vida. Aunque son frecuentes, ocho por cada mil recién nacidos vivos, la trascendenciavariará según cada caso. ¿Cómo se descubren estas cardiopatías? ¿Cual es la prueba que determina si un bebé tiene o no esta patología?

La ecocardiografía es una prueba que utiliza las ondas sonoras (ultrasonidos) para estudiar el corazón y que nos permite diagnosticar la mayoría de los defectos cardíacos. Y, al igual que se emplea para los diagnósticos tras el nacimiento, puede utilizarse para “ver” el corazón del feto a través del abdomen de la madre (en algunos casos puede realizarse a través de la vagina). El latido cardíaco del feto se puede detectar a las 6 semanas, pero por el tamaño que tienen entonces las estructuras cardíacas, el momento ideal para realizar esta prueba es a las 16-22 semanas. En algunos casos seleccionados, cuando hay alto riesgo y patologías muy serias, puede realizarse el diagnóstico a las 14 semanas.

Cuándo realizarla

La mayoría de los embarazos se controlan mediante ecografías obstétricas con objeto de descartar malformaciones y monitorizar el crecimiento y bienestar fetal. Normalmente, este control es suficiente y sólo en un pequeño porcentaje de gestantes se requiere efectuar una ecocardiografía fetal de forma que el cardiólogo infantil pueda realizar un estudio minucioso del corazón del feto. Aunque las indicaciones son muy variadas, hay un grupo de situaciones en las que siempre sería necesario:

- Cuando en la ecografía obstétrica se sospecha algún problema en el corazón.
- Cuando hay antecedentes de otro embarazo en el que se ha diagnosticado una cardiopatía. Las familias con un hijo con cardiopatía (pero que no proviene de una alteración genética conocida) tienen un 2-3 por ciento de recurrencias en embarazos posteriores. Este riesgo varía según sea el problema detectado.
- Los casos en los que el feto tiene alguna malformación o alteración cromosómica. Aunque la mayoría de las cardiopatías aparecen en fetos sin otros problemas, es ampliamente conocida su asociación con otras enfermedades (hasta el 40% de los niños con Síndrome de Down tienen algún tipo de cardiopatía).
- En aquellas madres que reciben tratamientos médicos que aumentan el riesgo de cardiopatía (como puede ser el litio).
- En las madres con diabetes o con enfermedades del tejido conectivo. Los casos antes descritos nos permiten, sin embargo, detectar sólo un pequeño porcentaje de cardiopatías congénitas (la mayoría aparecen en gestaciones sin factores de riesgo ni antecedentes). El éxito en la detección prenatal está en la estrecha colaboración entre obstetras y cardiólogos infantiles para identificar aquellos fetos con posibilidades de tener una cardiopatía y poderles realizar un estudio más detallado.

Tipos de ecocardiografía fetal

La tecnología actual nos permite estudiar la forma del corazón (ecografía bidimensional), el movimiento de la sangre (Doppler color), la velocidad de la sangre (doppler pulsado y continuo) y el ritmo cardíaco (modo-M). En los últimos años, además, se están desarrollando técnicas ecocardiográficas en tres dimensiones, que aunque muy espectaculares todavía no han alcanzado el desarrollo suficiente para sustituir a la ecocardiografía bidimensional convencional. Una vez se ha detectado un problema en el corazón del feto, la información personalizada y la orientación detallada debe aportarla un grupo multidisciplinar de profesionales dirigidos por el cardiólogo infantil. Es cierto que la detección de una cardiopatía congénita supone una situación de gran estrés durante el embarazo.

Pero, al mismo tiempo, permite a los futuros padres recibir y asimilar la información con suficiente antelación para planificar junto con el equipo médico el lugar del parto y el protocolo de tratamiento del recién nacido para garantizar las máximas posibilidades de éxito.

¿Limitaciones?

Actualmente las alteraciones del ritmo se tratan intraútero, mediante la administración de fármacos antiarrítmicos a la madre y que, a través de la placenta, pasan al torrente sanguíneo fetal. En los últimos años, además, se ha iniciado en casos seleccionados el tratamiento intraútero de algunas cardiopatías como las estenosis (estrechamiento) de las válvulas aórtica o pulmonar o casos de síndrome de ventrículo izquierdo hipoplásico (un grupo de malformaciones que afectan al ventrículo izquierdo y la aorta y que impiden la correcta circulación sanguínea). Los padres deben saber que cualquier estudio ecocardiográfico tiene una serie de limitaciones diagnósticas.

miércoles, 2 de junio de 2010

Ecocardiograma

Ecocardiograma: La mejor imagen de tu corazón

Si hay una exploración básica para conocer posibles problemas en el corazón, esa es la ecografía cardíaca o ecocardiograma. Su gran utilidad se debe a la extensa información que aporta. Y es que este método diagnóstico tiene dos claras ventajas: no supone ningún riesgo para el paciente y su realización es muy sencilla. Conócelo todo acerca de esta prueba.

El ecocardiograma es una prueba que nos sirve para estudiar las diferentes estructuras del corazón en movimiento. Muestra las válvulas, los vasos y las paredes cardíacas. Utiliza ondas de ultrasonido que dirigidas como un haz hacia los tejidos cardíacos son reflejadas (hacen ecos) y convertidas en imágenes. Cuenta además, con una técnica especial que estudia y valora el flujo de sangre que se mueve dentro del corazón. No sirve para el estudio directo de las arterias coronarias ni de las alteraciones del ritmo cardíaco.

Técnica

El examen se realiza con registro continuo de los latidos para lo cual se colocan tres electrodos sobre el pecho. El instrumento que emite y recoge las señales (transductor) se desliza sobre el tórax (estudio transtorácico) ejerciendo una ligera presión y habiendo aplicado una capa de gel. Las ondas de ultrasonido son inocuas y la única molestia para el paciente es mantenerse inmóvil sobre el lado izquierdo y tolerar esa leve presión. Este estudio no precisa ninguna preparación previa del paciente y dura entre 15 y 30 minutos.

Indicaciones

Mediante la ecocardiografía se pueden estudiar los soplos, detectar si son debidos a enfermedades de las válvulas por defecto en su apertura (estenosis) o en su cierre (insuficiencias). Además, permite saber si la fatiga de un paciente es debida a causas cardíacas por alteraciones en las válvulas, en la función de bombeo de las paredes cardíacas o por enfermedades de la capa que envuelve el corazón (esta capa se denomina pericardio). Por otro lado, también valora las alteraciones en la contracción de las paredes cardíacas en los pacientes con angina o infarto y estudia desde los defectos congénitos a los efectos que la hipertensión arterial tiene sobre el corazón.

Dada la ausencia de riesgos de esta prueba, se puede repetir y con ello realizar seguimientos del tamaño de las cámaras cardíacas o saber la repercusión que sobre el pulmón está ocasionando la enfermedad cardíaca. Estas medidas son, en la actualidad, claves a la hora de decidir si un paciente necesita corrección quirúrgica de su enfermedad.

Tipos especiales

- Ecografía de estrés: las alteraciones en el movimiento de las paredes del corazón mientras se somete a una sobrecarga (durante ejercicio o durante la administración de fármacos) permiten valorar indirectamente si existen lesiones en los vasos coronarios que nutren esas paredes. Tiene unos riesgos similares a la prueba de esfuerzo habitual que se realiza a los pacientes con dolor torácico o con alteraciones en el electrocardiograma que sugieran angina o infarto. Sin embargo, añade información dado que permite ver, localizar y valorar la extensión de las anomalías en el movimiento de las paredes cardiacas provocadas por la falta de flujo sanguíneo.

- Con contraste: en caso de que no se vea adecuadamente la imagen, se puede inyectar a través de una vía venosa una pequeña cantidad de un contraste especial (con efectos secundarios muy poco frecuentes). Resalta los bordes del corazón por lo que es muy útil en los estudios de estrés.

- Ecografía transesofágica: introduce en el esófago un tubo con un transductor en su extremo. Evita la interposición de la piel, los músculos y los huesos y al estar el esófago muy cerca del corazón, se pueden ver con mayor nitidez todas las estructuras cardiacas. Es una prueba con ciertos riesgos en la que se precisa anestesiar la garganta y con frecuencia ligera sedación. El paciente deberá estar en ayunas y el equipo que realiza la prueba le preguntará previamente sobre posibles contraindicaciones principalmente derivadas de enfermedades del esófago. Además del control del ritmo cardiaco, se le colocará una vía venosa para poder tratar las posibles complicaciones. Es especialmente útil para el estudio de trombos, vegetaciones (infecciones de las válvulas) y tumores. También supera a la prueba transtorácica en el estudio de las alteraciones de la aorta y de la función de las prótesis cardiacas. Permite obtener información en ciertos pacientes en los que el estudio a través del tórax no aporta datos suficientes (obesos, con deformidades torácicas, con enfermedades pulmonares crónicas o conectados a respiradores en cuidados intensivos). Actualmente se

realiza de forma habitual dentro del quirófano para ayudar a la reparación de las válvulas cardíacas.

Un paso más

El ecocardiograma transtorácico es una prueba inocua que permite detectar y excluir enfermedades cardiacas. Puede mostrar alteraciones leves, sin significado pronóstico, o enfermedades que requieran un seguimiento o un tratamiento específico. El cardiólogo valorará esta información y se la explicará en detalle. El futuro, ya muy próximo, permitirá obtener imágenes ecocardiográficas tridimensionales de gran definición.

Sin riesgos

La ecocardiografía transesofágica permite obtener imágenes excelentes de las estructuras cardiacas con unos riesgos mínimos. Es esencial para estudiar y poder tomar decisiones críticas en el tratamiento de pacientes con infecciones valvulares, anomalías en el funcionamiento de las prótesis cardiacas, alteraciones de la aorta y embolias de origen cardiaco.